San Petersburgo. Una ciudad muy fría, por lo que incita al sexo, pues la única forma de mantenerse calientes es con una buena sesión de sexo combinada con vodka. En verano, la gente está con mucha euforia por no congelarse, que se pone lo menos que pueda. El sitio Feeling.com menciona que la ciudad arrastra mala reputación pues el príncipe Felix Yusupov (siglo XIX) se hizo famoso por asistir al teatro vestido de mujer.
Abundan los bares de caviar y los baños comunales donde los clientes se azotan entre sí con ramas de abedul para estimular la circulación sanguínea. El museo erótico de la ciudad presume de tener el miembro de Rasputín (treinta centímetros) conservado en un frasco, ¿será?.
La Habana. Esta ciudad es conocida y/o considerada sexy por sus edificios pastel, coches antiguos y su retórica revolucionaria. No hay publicidad, lo que hace que se concentren en sus aspectos. Su bebida, el mojito, muy afrodisíaca y que prepara para lo que cada uno quiera y mande. Asimismo recomiendan el Camera Oscura, una terraza en lo alto de un edificio de cinco plantas.
Roma. Fue escogida, entre otras cosas, por las fresas con chocolate de la tetería Babigton´s, el restaurante La Pérgola y las modelos que salen de fiesta a The Bloom (Via del Teatro Pace 30). Esto último es una iglesia convertida en club.
Entre los lugares a visitar están la Piazza del Popolo, la Piazza Venezia (el “pastel de boda”) y hasta el Coliseo. Y no faltan los baños romanos, sus aguas ricas en minerales, con un baño en una piscina en la azotea en la penumbra con aguas termales.
Sevilla. El diario británico menciona los paseos en barco por el Guadalquivir, las casa de baños árabes y el moderno Hotel Eme con vistas a la Plaza de la Catedral. Destaca el baile flamenco y por las mañanas, recomiendan alternar en el bar Abades Triana. Desde su terraza se puede apreciar cómo la Torre del Oro se vuelve de color rosa cuando brilla mucho el sol. Además. están los palacios árabes, las visitas nocturnas y calor sofocante, tiene sin duda, un lado sexy sorprendente.
El Alcázar (Patio de Banderas) es centro turístico, pero más allá de la construcción, hay impresionantes jardines con pérgolas de azulejos, desgarbado palmeras, incluso un laberinto, así que pueden encontrar fácilmente un rincón tranquilo.
La zona de la catedral se llena en la puesta del sol, por lo que cruzar el río para disfrutar de un aperitivo más íntimo.
Tánger. Fue por décadas el oasis hedonista de millonarios, artistas y aristócratas europeos. También atrajo a la bohemia de Estados Unidos: Jack Kerouac, William Burroughs o Allen Ginsberg se emborrachaban habitualmente en el bar The Tanger Inn (16 Rue Magellan).
El Grand Café de Paris (muy visible en France Square) tiene fama como sitio de ligue matutino. Es la ciudad más picante de Marruecos, se disfruta de una tarde de placer en el Café Hafa con ocultos acantilados.
Estambul. La antigua capital de los sultanes otomanos cuenta con bares, clubes y restaurantes de moda. El grupo Café House tiene una bella rama en el paseo marítimo Ortakoy con una terraza relajada, justo en el borde del estrecho que talla a la ciudad en Asia y Europa.
Recomiendan perderse en el entramado de callejuelas del Gran Bazar. En bohemio Beyoglu, los cafés alrededor de la calle Sofyali Sokak son cálidos, con luces de colores y la charla. Los restaurantes de cielo de Estambul y bares agregará emoción al fin de semana.
París. La ciudad del amor, conocida por la Torre Eiffel, luz de las velas, coristas con escasos vestidos. Cantos rodados y arbustos de rosas enmarcan el gran Museo Rodin, el beso es aquí, pero de La Porte de l’Enfer (La Puerta del Infierno) es el que te dejará sin aliento.
Después de las compras en las calles de Le Marais, retirarse a la casa de té elegante Mariage Frères. Los camareros con chaquetas blancas sirven el té.
Nueva York. Es como enla serie “Sexo y la Ciudad”. Las dos palabras van de la mano, sin duda la gran manzana transpira seducción. Sus iconos son los rascacielos como el Empire State y la torre Chrysler. La mejor vista es desde el Rockefeller Center’s. En The Box se espera a los contorsionistas transgénero y desnudos en un trapecio, junto con un paquete de sales aromáticas.
En Santos’ Party House, la gente baila con una fiesta diferente cada semana, un lugar para ir a moverse una vez que los tragos hicieron efecto.
Londres. Una ciudad con muchas cosas por hacer, tantas que será necesario armar una lista, quedarse hasta tarde y explorar sus secretos. En Chancery Lane, podrá degustar champagne, scones calientes y sándwiches, mientras que las bailarinas burlescas mueven las caderas.
En Roka, un restaurante japonés, dicen que puede probar trozos de sashimi con infusión de jazmín que estimula los sentimientos de euforia.
Berlín. Es calificada como una ciudad “traviesa” gracias a sus clubes nocturnos en que la gente suele bailar prácticamente semidesnuda, además de sus guapas mujeres. En esta ciudad europea se rompen las reglas, se puede fumar en el interior de los clubes, y uno puede estar hasta por 24 horas de fiesta, bailando con poca ropa.
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